lunes, 22 de febrero de 2010

Muchas veces, las obligaciones sofocan tu mente, y muchas veces la ordena así como a tu vida, la mantiene ocupada.


La mente no para, ni siquiera aún cuando dormimos, y todo está dentro de ella, todo lo que vemos, sentimos, escuchamos, queda guardado, y cuando permanece desocupada se alimenta de malos pensamientos, preocupaciones absurdas, miedos, dudas, inquetudes, etc. Que muchas veces nos lleva a enterrarnos, empiezan a generar malos pensamientos, y llegamos a ser dominada por aquella. Hay que alimentar nuestra mente antes de que nos enferme.

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